Mantener el cepillo de dientes limpio es fundamental para conseguir una correcta higiene dental. Un estudio de la Universidad de Manchester ha comprobado que en un cepillo de dientes se pueden acumular más de diez millones de bacterias. Además de diferentes gérmenes y virus. Por eso es fundamental limpiarlo correctamente y cambiarlo con frecuencia. Una limpieza profunda de tu cepillo de dientes te ayudará a tener una buena salud bucodental.
¿Cómo guardar el cepillo de dientes?
Las bacterias prosperan en ambientes húmedos, por lo que usar fundas para los cepillos puede ser una mala idea, si no se ha dejado secar completamente antes de enfundarlo.
Por otra parte es importante mantenerlo lo más lejos del inodoro, además cerrar la tapa antes de tirar de la cisterna para evitar que las bacterias, que se liberan al aire, alcancen y contaminen el cepillo.
También es importante no guardar los cepillos juntos de manera que se toquen entre sí.
Y por supuesto no compartir con nadie el cepillo con nadie.
Así que tan importante es un buen mantenimiento del cepillo como lavarnos correctamente los dientes.
Por eso te enseñamos a desinfectarlo en casa de forma sencilla y tener así un correcto cuidado dental.
¿Cómo limpiarlo correctamente?
Después de usar tu cepillo de dientes ponlo bajo un chorro de agua caliente durante unos minutos. La elevada temperatura del agua ablandará las cerdas, lo que te facilitará su limpieza y te permitirá eliminar los restos de pasta dental y alimentos que hayan quedado atrapados en su interior.
A continuación, puedes usar cualquiera de los siguientes métodos:
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Prepara un vaso con VINAGRE BLANCO sin diluir y sumerge en él el cabezal del cepillo de dientes durante al menos dos horas.
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También puedes sumergir el cepillo en AGUA OXIGENADA pura una vez a la semana durante unos minutos.
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O una solución con media taza de agua, dos cucharadas de VINAGRE BLANCO y dos cucharadas de BICARBONATO SÓDICO. Sumerge el cepillo dental y déjalo reposar durante media hora.
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Existen en el mercado productos desinfectantes especialmente indicados para los cepillos de dientes. Pregunta a tu odontólogo o en tu farmacia habitual.
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Otra opción son las pastillas desinfectantes que se usan para la limpieza de dentaduras postizas o férulas de descarga. Sumerge tu cepillo de dientes en agua y agrega una pastilla. Su acción efervescente hará que se eliminen los restos de suciedad que queden en él.
Para terminar, recuerda siempre aclararlo bien con agua fría y dejarlo secar en posición vertical.
Por último cámbialo, recuerda remplazar tu cepillo cada tres meses. Su uso continuado hace que las bacterias, la pasta dental y los restos de alimentos se acumulen en su interior. Además, con el paso del tiempo las cerdas o filamentos pierden su rigidez y dejan de cumplir su función. También es esencial cambiarlo tras una gripe, tras pasar el coronavirus, un resfriado o una infección bucal ya que los gérmenes pueden permanecer en las cerdas y reactivar el problema.