Las investigaciones tendieron a buscar una herramienta capaz de mejorar las técnicas tradicionales y reemplazar al instrumental rotatorio de uso odontológico (torno o turbina).
Recién en 1997 se aprobó la utilización del láser de Erbio sobre tejidos duros (diente). Hasta ese momento, todos los láseres utilizados, resultaron ser muy útiles para su aplicación en tejidos blandos bucales (encías, frenillos, mucosas, etc.) siendo, por ende su mayor difusión en el campo de la cirugía y la estomatología.
El láser es altamente energético, con propiedades específicas, y con la capacidad de interactuar con el tejido irradiado consiguiendo un efecto terapéutico.
En el caso de la caries dental, el láser incide sobre el diente y elimina la zona enferma exclusivamente en forma superficial y pulsátil, siendo absolutamente segura su utilización.
Por otra parte, al ser su acción selectiva y puntual, se consiguen cavidades sumamente pequeñas y conservadoras, sin necesidad de desgastar grandes cantidades de tejido dentario sano. Estas cavidades son restauradas con Luz Halógena y materiales estéticos.
La acción del láser dental sobre el diente, al ser superficial, nos brinda como beneficio la casi innecesaria aplicación de anestesia, sin los consiguientes riesgos, sin pinchazos, y sin la desagradable sensación de adormecimiento.